Inspirada en este post que hizo Naty en su blog, decidí hacerle honores al blanco a través de la decoración. Tengo una relación amor/odio con este color, me gusta, pero me asusta.
El blanco ilumina, agranda los espacio, da la sensación de tranquilidad y paz. Además es tan versátil, un verdadero lienzo al que puedes agregarle notas de color a través de adornos, accesorios y plantas. Mi único «pero», es que bueno, es blanco, y la idea es que se mantenga como tal. Creo que si tuviera un espacio así, desarrollaría rápidamente un Trastorno Obsesivo Compulsivo por mantenerlo impecable siempre. A lo Mónica.
¿Y ustedes, qué opinan? ¿Podrían vivir en espacios tan pulcros como estos?
mellafe
🙂
A mi me gusta porque me permite jugar con todo lo demás. Mi paleta de colores para cojines, por ejemplo, es naranjo y colores parecidos hasta llegar al coral. Pero si me aburren, me es más fácil cambiar un cojÃn que volver a pintar la pared. Asà que por eso la prefiero. Lo que quiero pintar son las puertas, es un espacio más reducido, no tan a la vista y les hace falta un poco de color.